Anatomía de un sueño

Si algo he aprendido en este tiempo es que la realidad a veces pesa demasiado. En los pasillos de un hospital, el tiempo no se mide en horas, se mide en esperas y en silencios.Por eso, cuando hablamos de "cumplir un sueño" en Dr. Sonrisas, no estamos hablando de un acto caprichoso o de un regalo pasajero. Estamos hablando de una experiencia única para cada niño/a.

Me he detenido a observar y escuchar qué sucede realmente cuando una donación se presenta. Y lo que he visto me ha obligado a dejar de ver los sueños como fantasías para empezar a verlos como necesidades básicas para cada niño/a.

He sido testigo de cómo un donativo, se convierte en una llave maestra, esa que llega gracias a la generosidad de alguien. Que no usa su capital para comprar un café todos los días, lo convierte en la llave que abre una puerta, que la enfermedad había cerrado con candado.

Cuando donas, no estás pagando un viaje o conociendo a un ídolo. Estás financiando la posibilidad, la esperanza de cada pequeño que, abrumados por el "hoy", habían dejado de conjugar con verbos en futuro y tu donación rompe ese esquema y permite planear, imaginar, permite decir: “Cuando salga de aquí, quiero ser...”.

Esa anticipación es medicina pura, he visto con mis propios ojos, cómo la promesa de un sueño cambia la postura física del mismo, dejando de mirar al suelo para mirar hacia adelante, hacia un futuro prometedor.

Al estar presente en la realización de sueños, he notado un patrón irrefutable. El sueño saca al niño de su rol de "paciente". Durante ese día, ya no son un "caso clínico", son el protagonista de una nueva historia.

En conclusión al final, mi experiencia me dicta una verdad sencilla, que los sueños no curan el cuerpo, pero reconfortan el espíritu.

Tu donación crea esa barrera que nos permite a todo el equipo de Dr. Sonrisas, tejer la una red que impulsa a pasar de lo  imposible a lo posible.Donar es, en esencia, regalar un motivo, porque a veces solo un motivo es todo lo que se necesita para seguir adelante.