Así como le dedicamos tiempo a darle mantenimiento al carro, al refrigerador, a la lavadora, etcétera, para obtener un buen funcionamiento y alargar la vida de estos objetos de uso cotidiano; es importante dedicarnos tiempo para el mantenimiento de nuestra felicidad lo cual se traduce en una mejor salud tanto física como mental.
El 7 de abril es día mundial de la Salud en el cual se conmemora la fundación de la Organización mundial de la Salud (OMS) en 1948. Para entender mejor qué es lo que entendemos por salud utilizaremos la definición de la OMS la cual dice que es: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Algo importante a recalcar en ese día es que tendemos a centrarnos solo en la salud física, y dejamos a un lado la salud mental. Pensamos que con comer bien, hacer ejercicio y no tener vicios es suficiente para tener una vida saludable, pero olvidamos que nuestra mente necesita de mantenimiento para ser feliz y si tenemos una mente feliz, ayudará mucho a que nuestro cuerpo se sienta mejor.
¿Qué pasa cuando no doy mantenimiento a mi felicidad?
En nuestras vidas tenemos tantas preocupaciones que a veces terminamos perdidos en tanto movimiento como arena movediza. Estas situaciones nos generan estrés, el cual sí es mal manejado, nos hace vulnerables a padecer varias enfermedades tanto físicas (p. ej. enfermedades del corazón) como psicológicas (p. ej. depresión).
Las enfermedades psicológicas pasan tan desapercibidas por que no son tan notorias como una gripa. Pero les pondré un par de ejemplos de lo que puede provocarnos nuestra mente cuando no le damos un buen mantenimiento. Los síntomas del estrés son muy variados y difieren de una persona a otra, pero entre los más comunes tenemos:
Dolores musculares
Pérdida de la memoria
Diarrea
Dificultad para respirar
Alteraciones de la visión (ver más borroso)
Debilidad muscular
Insomnio
¿Qué formas hay para darle mantenimiento a la felicidad?
La respuesta a esta pregunta es simple, y se trata de dedicarte tiempo de calidad para realizar actividades que te resulten placenteras y agradables. La cultura nos enseña a cuidar de nuestros estudios, del trabajo, de la familia, etcétera, sin darnos cuenta que a veces terminamos sin tiempo para hacer cosas que nos gustan.
Hay que entender que la felicidad no es una receta, la falsa idea de que la felicidad es tener una pareja, formar una familia y tener un trabajo que paga bien, nos puede generar gran frustración al perseguir una felicidad que no es para ti. La felicidad es diferente para cada uno de nosotros, por lo que el mantenimiento de la misma es un traje hecho a la medida para ti, para encontrar la forma solo sigue (obviamente los que sean de tu agrado) estos consejos:
Dedícale tiempo a tus pasatiempos
Práctica algún deporte
Frecuenta a tus amigos
Lee algún libro que te llame la atención.
Aprende algo que siempre has querido (bailar, idioma, etc).
Únete a algún grupo religioso, social o escolar
Realiza actividades de ocio (salir al cine, a pasear, museos, etc.)
Con que lleves a cabo 2 puntos de esta lista, estás del otro lado, y si tienes más es mucho mejor (¡no te limites!). La idea es que hagas aquello que te haga feliz, ya sea salir con amigos, aprender a tocar un instrumento, dibujar, hacer manualidades, leer, hacer ejercicio, pasear por la ciudad, rezar, meditar, etc. Estamos hablando de actividades que puedes hacer diario, que pueden costarte mucho o muy poco esfuerzo para realizarlas. Lo importante aquí es que te procures y te consientas haciendo cosas que disfrutas, ese es el secreto para la felicidad, ¡QUÉ FÁCIL!