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  • Foto del escritorDoctor Sonrisas

Día mundial de la sonrisa


-Un día sin sonreír es un día perdido-

Charles Chaplin

Algo que todos queremos, deseamos y añoramos: una sonrisa. Ya sea en nosotros mismos o de alguien significativo para ti. Es un símbolo universal de felicidad, tranquilidad, de satisfacción con la vida, entre otras cosas. La adversidad puede arrebatarnos la sonrisa, no obstante existen aliens personas que parecen poseer un superpoder, el de no perder la sonrisa pese a las desgracias ¿cómo le hacen?


Primero que nada hay que tener muy en claro que perder una sonrisa es algo normal, no todo el tiempo pueden sucedernos cosas felices, no tenemos inmunidad contra el infortunio; lo que sí podemos tener es un escudo que nos permite sonreír pese a las desgracias, se llama RESILIENCIA.

La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para adaptarse positivamente a situaciones adversas, y desarrollar o encontrar recursos con los cuales enfrentar dichas adversidades.

No es un superpoder de aliens otros. La resiliencia no es extraordinaria, es decir, es algo que todos podemos desarrollar y alcanzar. Tú como voluntario, mamá, papá o paciente puedes verlo siempre en Dr. Sonrisas. En lo personal me encanta ver a niños que pese a la enfermedad, siguen muy sonrientes y son el motor de una familia. Mamás que pese al poco tiempo para equilibrar entre ser madre de 3 niños, cuidar del hogar, tener las dificultades económicas, etc. siempre son amables con todos y conversadoras muy agradables cuando las ves. ¿Cómo le hacen estos individuos tan particulares?

Hay 3 factores muy importantes que te permiten desarrollar la resiliencia: “tu armadura contra

la adversidad”. Aunque no son los únicos, pero desde mi punto de vista son los más importantes. Estos son:


1) Buena autoestima, autoeficacia, autoconfianza

Eso se refiere a tener un buen concepto de ti (autoestima), si consideras que haces las cosas bien (autoeficacia) y a que tanto crees que eres capaz de lograr algo (autoconfianza). Alguien que tiene una opinión positiva de sí mismo, se considera capaz, y se atreve a hacer las cosas tiene la primer pieza de su armadura, “un casco” para defenderse de las dificultades.

2) Inteligencia emocional


Se refiere a tu capacidad de identificar emociones tanto en ti mismo como en alguien más. Suena a una tarea fácil, pero seguro te ha pasado que te preguntan cómo te sientes con algo y no puedes identificar una emoción (porque bien o mal no son emociones). También tiene que ver con tu habilidad de regular tus emociones, ya que hay situaciones que pueden perturbarnos; no es lo mismo estar feliz o estar eufórico, tener miedo o sufrir de pánico. Identificar y regular emociones permiten llevar relaciones sanas con otros a nuestro alrededor y esto en conjunto se vuelve la segunda pieza de tu armadura “el peto”.

3) Destreza en comunicación y solución de problemas

Cómo nos comunicamos influye sobre nuestra relación con otros. Hay personas que son muy penosas y difícilmente acuden por apoyo de otros, prefieren no quieren incomodarlos con sus problemas. Otros son muy demandantes, mandones y su forma de pedir las cosas es muy agresiva, por lo que otras personas no se ven dispuestas a ayudarles, más bien prefieren evitarlos. Mientras que los que piden las cosas de forma asertiva o amable suelen recibir el apoyo de sus seres queridos. Por otra parte, tu destreza de solución de problemas, se refiere a la planeación, ejecución y análisis de si tu solución fue eficaz o no. Las personas diestras en esto no se rinden al primer intento, pueden lidiar con la frustración de intentar una solución ineficaz hasta llegar a una que los deja satisfechos. Ambas destrezas serían “los brazos y piernas” de tu armadura contra la adversidad.


Algo importante a saber es que ser resiliente no significa que ya no experimentaremos angustias, o dolor. Estas sensaciones son comunes en todos cuando pasamos por adversidades o situaciones traumáticas. Lo importante es que utilices cada uno de estos infortunios como una plataforma para impulsarte, para desarrollarte y aprender; que no sean situaciones que te derrumben, si no que te fortalezcan. No importa que suceda, tú puedes más, TU SONRISA ES MÁS FUERTE.

Conoce tus límites, se vale llorar, y eso no quiere decir que no puedas recuperar tu sonrisas. Trabaja en las 3 piezas de tu armadura llamada resiliencia. Si sientes que la situación es demasiado para ti, no dudes en acudir con tu psicólogo de confianza.

Si te gustaría conocer más sobre el tema, visita: www.psiquieropuedo.com

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