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El efecto Dr. Sonrisas: Entrevista Rodrigo Alessandro

  • Foto del escritor: Óscar Flores
    Óscar Flores
  • hace 1 hora
  • 5 Min. de lectura

En México, el baloncesto ha ganado terreno como uno de los deportes que más despiertan emoción en el público, y prueba de ello es el ascenso de los Capitanes CDMX en la NBA G-League. La Arena CDMX se ha convertido en un coliseo para el deporte y un testigo de encuentros que han dejado huella en los aficionados. Más allá del terreno profesional, hay historias menos conocidas donde también se definen batallas valiosas.

Una de ellas es la de Rodrigo Alessandro. A sus 21 años, su historia combina el deporte adaptado, la recuperación tras el cáncer, y el acompañamiento de Dr. Sonrisas, organización que ha marcado un antes y un después en su vida y en la vida de cientos de niñas y niños.


Rodrigo fue diagnosticado con un tumor en la tibia cuando iniciaba su adolescencia. En medio del tratamiento y los días en el hospital, descubrió el trabajo que realiza Dr. Sonrisas. Lo que parecía un momento oscuro se transformó en el inicio de una nueva dirección, una que lo llevaría a convertirse en un referente del baloncesto en silla de ruedas y un ejemplo para otros niños que viven una lucha diaria.

Entrevista

Oscar Flores

Rodrigo, gracias por tomarte el tiempo. Vamos directo: ¿Quién es Rodrigo Alessandro?


Rodrigo Alessandro:

Soy un joven de 21 años que juega baloncesto en silla de ruedas. Antes de eso, fui paciente oncológico. Me detectaron un cáncer óseo que derivó en la pérdida de una pierna. Conocí a Dr. Sonrisas en el hospital y ese vínculo me dio una motivación que no esperaba. Hoy, el deporte es el centro de mi vida.


Oscar:

Cuando hablas del deporte como algo central…¿A qué te refieres exactamente?


Rodrigo:

A tener un propósito. Cuando salí del hospital, sentía que no tenía dirección. Pasaba los días sin estructura. Un día entré a un gimnasio cercano y vi que practicaban deportes adaptados. Empecé con atletismo, pero más tarde encontré un equipo de baloncesto en silla de ruedas. Me subí por curiosidad, y al poco tiempo ya era parte del equipo. Fue algo inmediato.


Oscar:

¿Qué sueño te cumplió Dr Sonrisas? Hoy que eres adulto…¿Cómo crees que ese sueño te ayudó?


Rodrigo:

Pues cuando recién estaba en el tratamiento, el sueño que me cumplió Dr. Sonrisas fue ir a la playa, que yo no la conocía y pues la verdad fue una experiencia bastante grande realmente, un gran hotel, gran playa, las mejores experiencias de mi vida y pues en ese momento me ayudó más que nada. O sea, un mejor estado de ánimo, a conocer, a experimentar cómo era el mar, todo eso. Es algo que llevo en el corazón.


Oscar:

Me gustaría que supieras que para muchas personas eres un caso de éxito. Debes saber que cuando en la fundación nos encontramos con un caso de algún niño que quiere practicar deportes después de su tratamiento, les hablamos de ti. ¿Te consideras un caso de éxito?


Rodrigo:

Primero que nada, muchas gracias. Si me considero un caso de éxito, he estado teniendo éxito, he ido mejorando mucho. Pero si de algo estoy seguro es de que esto todavía no acaba. Todavía tengo mucho camino por delante, mucho que trabajar. Y sobre todo, mucho que aprender.

Si les han hablado de mí, realmente es algo que desconocía. Pero pues si en algo puedo ayudar a motivarlos, qué mejor.Realmente nunca lo había pensado de esa forma. Y ahorita cuando me estás preguntando me lo estás haciendo ver de otra forma, la cual no había contemplado. Si mi historia sirve para que alguien más se acerque al deporte o vea una posibilidad donde antes no la veía, entonces vale la pena compartirla.


Oscar:

Te voy a platicar rápidamente el caso de una niña. Se llama Rossel. Ella tiene 11 años. ella jugaba básquetbol desde los 7. Entonces, a raíz del tratamiento sufrió una amputación de pierna, en un Tren de los Sueños con la fundación con Capitanes descubrió que es posible jugar básquetbol adaptado. Cuéntanos cómo es esa transición. ¿Qué le dirías a Rossel?.


Rodrigo:

A mí en lo personal realmente me gusta mucho más jugarlo en sillas de ruedas que en convencionales. Le diría que no deje de jugar. Que la cancha sigue ahí para ella. El baloncesto adaptado no es menor. Es igual de exigente y tiene su propio nivel técnico. Lo importante es tomar la decisión de volver. El resto se aprende en el camino. Yo no había tocado un balón antes de mi amputación. Hoy no me imagino lejos de una cancha. Desde mi punto de vista el basquetbol en sillas de ruedas se disfruta más incluso que el convencional.


Oscar:

¿Cómo crees que el deporte puede influir en una persona que atraviesa un tratamiento?


Rodrigo:

Primero te da motivación, luego estructura. Después del tratamiento, uno puede sentirse sin rumbo. El deporte ofrece horarios, metas, compañerismo. Lo más importante: confianza. Te enseña a fallar, corregir, mejorar. Esos aprendizajes no se quedan en el deporte, los aplicas en la vida.

De pequeño cuando me preguntaban incluso a qué me quería dedicar, no tenía ni idea. Empecé en esto porque cuando yo salí del tratamiento estaba básicamente sin hacer nada, todo el día pues en el ocio básicamente. Decidí ponerme a hacer algo para pasar el tiempo y en el deporte encontré algo que me gusta, que me llena, que me apasiona y a lo cual voy a dar todo para poder dedicarme a ello.


Oscar:

¿Qué te dices antes de un partido? ¿Tienes algún ritual?


Rodrigo:

Pues me motivo a mí mismo. Algo que hago fuera de las canchas es la meditación, que me ha ayudado mucho a controlar mis emociones y entender que muchas veces no van a salir las cosas como quieres, que es parte del proceso, que justamente eso es lo que te da la gasolina para seguir mejorando. Y que el éxito se logra a base de fracasos.


Oscar:

¿Cómo impacta esto en ti emocionalmente?, ¿Qué crees que influye en esa forma de pensar?


Rodrigo:

Pues porque no siempre van a salir las cosas y fallar o fracasar es lo que te enseña el juego y te forja el carácter para los siguientes partidos, siguientes torneos, siguientes juegos, en todo, en la vida, en absolutamente todo hay que fracasar para después tener éxito.


Oscar:

¿Qué viene ahora para ti?


Rodrigo:

Torneos, competencias, mejorar técnica. Quiero prepararme para representar a México en el extranjero. También seguir hablando de esto, contar mi historia. Y apoyar a quien lo necesite, como una vez Dr. Sonrisas estuvo ahí para mí.

Rodrigo no busca protagonismo, pero lo alcanza sin esfuerzo, quienes jugamos al baloncesto sabemos que en este juego y en la vida no se perdona la quietud, hay que moverse, adaptarse y encontrar el ritmo incluso después de un golpe fuerte.


Rodri lo entendió desde el dolor, desde la pérdida, pero también desde la reconstrucción.

Dr. Sonrisas aparece ahí, las visitas a los hospitales y la constante exposición a casos como este me han enseñado la importancia de recordarle a cada niño que, incluso en los días más oscuros, alguien cree en ellos.

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