Todos estamos en la misma lucha contra un enemigo invisible, y el arma más poderosa que tenemos es el distanciamiento social. Es sumamente efectiva, la cosa es que te puede generar estrés, miedo, incertidumbre y más ahora que hemos entrado a la fase 3. Todos conocen a alguien que al parecer no está sufriendo tanto como tú con el encierro ¿Qué clase de alienígena con súper poderes es este? ¿Cómo le hace para no estar mal? Estas preguntas no son misterios sin resolver, pero para descubrir el secreto de esos aliens seres es importante identificar qué están haciendo que les ayuda a sobrellevar de mejor manera esta situación. Una vez identificadas solo tengo que copiar dichas conductas y ponerlas en práctica, ahora ¿Cómo le hago para copiarlo sin verlo? Pues aquí te va el secreto, son 4 conductas que puedes llevar a cabo fácilmente:
Dosis exacta de noticias: Estar informados es importante pero en exceso puede ser muy estresante. Hablar todo el tiempo en WhatsApp del número contagios, muertes, el cierre de negocios, etc. es sumamente preocupante; a esto se le conoce como infoxicación. Sí solo me enfoco en lo negativo claramente me sentiré mal. Ten un balance, consume noticias pero no en exceso, e intenta leer también noticias positivas. Si definitivamente cualquier noticia te es estresante, tal vez sea momento de que te tomes un descanso de las mismas, estar en cuarentena ya es estresante ¿para qué estresarme aún más y gratis?
Tener una rutina: Ahora que trabajas/estudias o simplemente existes en casa, el cerebro se aburre, luego viene el fastidio, el mal humor, los pleitos con la familia y se vuelve insufrible la existencia desde casa. El cerebro está acostumbrado a una rutina, levantarte a tal hora e irte a la escuela o al trabajo pero ahora que no la llevo a cabo ¿qué hago? La respuesta es sencilla, y es mantenerte ocupado con una rutina, intenta que esta sea lo más parecida a la que tenías antes de la cuarentena, duerme y despierta a la misma hora, ten tus comidas en el horario, ponte a estudiar/trabajar a la misma hora que lo hacías antes, dedícale tiempo a las tareas del hogar, a tu mascota y a tu familia. El mantenerte ocupado evita el aburrimiento y por lo mismo todo lo que conlleva.
Actividades de goce: Dentro de tu rutina tiene que haber actividades que te gusten como: dibujar, ver series, jugar con tu familia o tu mascota, tocar un instrumento, ejercicio, leer, etc. Imagina tu bienestar como una vasija, la cual se va llenando de estrés de forma natural por lo que acontece, ya sea por las discusiones familiares, el extrañar a tus amigos, el no poder ser “productivo”, las noticias, etc. imaginemos que fueran como basuritas que van llenando tu vasija. Las actividades de goce van a ser el agua que yo le hecho a mi vasija, la cual al llenarse se mete entre la basurita y la va desplazando hacia arriba hasta que la saca. Es entonces cuando me siento bien y contento, y no estresado y miserable. Esta vasija hay que llenarla diario de agua, porque la basura aunque no quiera se le va a meter si la dejo sin checar. En pocas palabras, solo haz eso que te gusta por el puro simple placer de hacerlo ¿Acaso debería de haber otra razón?
Socializar: ¿Cómo? ¿Qué no debo quedarme en casa? Formas de socializar hay muchas, no necesariamente tengo que salir y ver a mis seres querido (QUÉDATE EN CASA). La tecnología me permite ver a las personas que importan a través de una videollamada, o chatear con ellos ¿Por qué no hacerlo? El encierro me hace sentir solo y aislado y que mejor para combatir este sentimiento a través de un videojuego con mis amigos o familiares, hay muchas aplicaciones para ello, o si no tienes, pueden jugar “Basta” a través de una llamada (pero no hagas trampa). Se creativo, seguro encontrarás una forma divertida de convivir con ellos y cada quien desde su casa.
Ahora ya conoces el secreto, lleva a cabo cada una de estas acciones y verás que tu estrés disminuye, mientras que tu sensación de bienestar irá aumentando. Si estas técnicas no te ayudan a sentirte mejor es recomendable que asistas con un psicólogo especialista en el manejo del estrés.
Psic. Osvaldo López Maguey
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