
Conocí a cuatro pequeños que tenían algo en común: tenían el sueño de conocer el mar y Dr. Sonrisas se los hizo realidad.
Tuve la suerte de acompañar a los niños en su sueño. Así es, fuimos al mar por cuatro días. En definitiva, fue una experiencia increíble. Ver sus ojos de emoción por cumplir su sueño. En definitiva, aprendí de estos cuatro guerreros.
Cuatro días fueron suficientes para que me enseñaran algunas lecciones de vida, a cómo ser un guerrero y a ver la vida de otro modo. Aquí tengo algunos aprendizajes:
Siempre enfrenta las dificultades con alegría
Intenta cosas nuevas, aunque por dentro tengas mucho miedo
Disfruta el día porque el tiempo siempre pasa
Nunca es tarde para hacer nuevos amigos
Levantarse temprano puede darte los mejores amaneceres
Nunca te detengas al soñar, porque un día puede hacerse realidad
Yuri, Mateo, Carmen y Natalie fueron esos pequeños que me abrieron espacio dentro de su sueño. Que me compartieron un poquito de sus días, pero, también, de su alegría.
Volví a ser un niño, volvía disfrutar la alberca como cuando tenía 9 años. Gracias a estos cuatro pequeños que, en tan pocos días, me enseñaron cómo se comporta todo un guerrero.